La piel es el órgano con mayor extensión del cuerpo humano y participa de diversas funciones importantes:

Regulación de la temperatura corporal

Sistema de comunicación: los bebés conocen el mundo a través del tacto y la piel es parte fundamental de la percepción de estímulos.

Protección del medio ambiente: brinda resistencia mecánica, protege contra infecciones, radiación ultravioleta y evita absorción de toxinas.

Adaptación a la vida extrauterina: el recién nacido pasa de un ambiente húmedo y cálido a un ambiente seco y de temperatura variable.

Es por todo lo anterior que requiere de cuidados especiales para que sus funciones de protección y defensa se mantengan.

¿Cuáles son los cuidados esenciales para la piel de tu bebé?

El baño: tiene como objetivo la higiene y la estimulación sensorial, debe ser corto, con agua tibia y no necesariamente diario sino según las necesidades del bebé. 

Es importante el uso de productos suaves, sin fragancia y preferiblemente líquidos, debe realizarse una limpieza suave, sin fricción y no usar esponjas.

El primer baño del recién nacido a término, puede tener lugar una vez se alcance regulación de la temperatura, pero en el recién nacido prematuro puede tardar semanas y debe hacerse cuando su médico tratante así lo indique.

Hidratación: debe realizarse preferiblemente después del baño para optimizar la humedad provista por el agua, usar productos sin fragancias y aprobados para su uso en bebés.

Este puede ser un buen momento para brindar un masaje corporal que estimula vínculos y promueve ajustes fisiológicos.

La ropa: preferiblemente fresca, de algodón, revisar muy bien que no tenga aditamentos que lastimen como costuras, etiquetas, cremalleras o cualquier superficie rugosa.

Debe lavarse con detergente suave preferiblemente sin fragancia y siempre antes de su primer uso.

El área del pañal: es la zona más propensa a lesionarse debido a la humedad y a sustancias producidas en las heces y la orina. 

El cambio de pañal debe hacerse cada que esté mojado o con heces, limpiar muy bien la zona preferiblemente con agua y el producto que usemos para el baño del bebé y proteger la zona con crema, pastas o ungüentos que creen barrera (adherentes y espesos), preferir aquellos que tengan alto contenido de óxido de zinc y cuando sea posible, permitir periodos de descanso del pañal.

Exposición al sol: mantén a tu bebé alejado de la exposición solar directa, viste al bebé con ropa ligera que cubra la piel y sombrero, recuerda que la mayoría de filtros solares (cremas protectoras) están aprobados para uso en mayores de 6 meses.

Lactancia materna: hace parte también del cuidado de la piel, ayuda a mantener una microbiota sana, disminuye el riesgo de alergias de todo tipo, permite mejor colonización de microbiota en el intestino y mantiene un pH fecal adecuado que protegerá el área del pañal.

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