La mastitis es un cuadro frecuente y representa una importante causa de abandono evitable de la lactancia, se trata de la inflamación de uno o varios lóbulos de la glándula mamaria que a veces implica una infección. 

Por eso es importante saber cómo prevenirla y evitar su posible aparición, aquí sabrás cómo.

Puede manifestarse con dolor, calor, hinchazón, enrojecimiento de la zona y es posible que también aparezca fiebre y escalofríos. 

Generalmente es unilateral y es mucho más frecuente durante los 3 primeros meses de instaurada la lactancia, especialmente entre la segunda y tercera semana post-parto.

Entre los factores que predisponen a la mastitis encontramos:

-Obstrucción de los conductos lácteos

-Succión poco frecuente del bebé.

-Agarre inadecuado del bebé con extracción ineficaz de leche.

-Disminución de las defensas de la mamá asociado a estrés.

Malnutrición materna

-Grietas 

-Mastitis previa

-Pezón plano o pezón invertido

-Inadecuada higiene de sets de extracción o falta de lavado de manos en caso de extracción manual.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, solo en algunos casos se requieren exámenes complementarios como un cultivo de leche materna en casos de no mejoría.

Con el tratamiento adecuado y de recurrencia de la mastitis, o ecografía mamaria para descartar la presencia de absceso o cáncer de mama. 

El tratamiento consiste en aplicar medidas generales y observar la evolución por al menos 24 horas, si la evolución no es favorable o hay síntomas graves, se recomienda el inicio de antibióticos orales o intravenosos según sea el caso. 

Entre las medidas generales tenemos: 

Mantener la lactancia materna: no es adecuado suspender la lactancia, por el contrario, dejar de lactar podría empeorar la situación.

– Drenaje del pecho, extracción frecuente y efectiva: El bebé debe continuar succionando el seno afectado, el consumo de la leche del seno afectado no implica un riesgo para el bebé.

Favorecer la salida de la leche retenida: posicionando la barbilla del lactante sobre la zona afectada. 

Masaje de la mama: desde la zona bloqueada hasta el pezón

Drenaje completo de los pechos: tras las tomas con extractor o manualmente.

Adecuada nutrición:  hidratación y reposo

No usar sujetador

Aplicar compresas tibias: antes de las tomas y compresas frías después para reducir el edema. 

¿Cómo podemos evitar la mastitis? 

Para la prevención se requiere lo siguiente:

– Ofrecer el pecho a libre demanda sin limitar la duración de la toma.

– Evitar suplementar con fórmula si no hay indicación médica.

– Evitar el uso de ropa ajustada.

– Descanso adecuado de la mamá. 

– Higiene de manos y extractores

– Estar bien informados en los siguientes temas: extracción correcta de la leche, exploración de las mamas, identificar los signos sugestivos de mastitis y consultar de inmediato si están presentes. 

Te podría interesar: La importancia de una cita de nutrición pediátrica para tu hijo/a

Dejar comentario